Por Irene Torres
La primera conferencia de Las Jornadas Universitarias: “La Secretaría de Educación pública: su fundación, sus protagonistas, su historia y su presente” tuvo por título “La SEP, la mayor institución de nuestra historia moderna”, y fue impartida por el doctor Javier Garciadiego, director de la Capilla Alfonsina de la Ciudad de México y de Academia Mexicana de la Historia.
A través de su charla, el doctor Garciadiego repasó los procesos que llevaron a José Vasconcelos a consolidar, en 1921, a la Secretaría de Educación Pública; narró cómo al término del movimiento revolucionario se fundaron nuevas instituciones y comenzó el cambio de la cultura nacional, un procesos ligado al nacimiento de la SEP, pues entre las causas de la Revolución, además de la democratización del país, la injusta repartición de las tierras, los derechos laborales y la postura nacionalista, estaba, desde luego, la educación.
El interés de Vasconcelos había estado presente desde décadas atrás; en conferencias donde participaba el tema era siempre la educación: “Al inicio la educación era su principal preocupación intelectual, pronto sería su preocupación de vida. Y luego su sello biográfico”, puntualizó Garciadiego.
Y no es para menos, en palabras del autor del libro El apolíneo Alfonso Reyes y el dionisíaco José Vasconcelos: encuentros y desencuentros, Vasconcelos creó la mejor política pública de los últimos 100 años. Su proyecto de ley fue aprobado casi sin cambios a mediados de 1921; y un 12 de octubre del mismo año nacía la SEP. “El nombre no es lo de menos, educación es mucho más que instrucción, implica cultura, civilización, implica todo”, compartió.
Los tres ejes de José Vasconcelos fueron la instrucción, el fomento a la lectura y el cultivo de las artes y la cultura. En tres años los principales indicadores crecieron un 30 % aproximadamente; sin embargo, existían otros retos: el número de analfabetas era “aterrador”, prácticamente el 80 u 85 por ciento de la población; cambiar las cifras era un proyecto “utópico”, como le mencionaban sus críticos, a quienes él llamaba “espíritus apocados”.
“Crear la SEP lo convierte en un auténtico civilizador que nos dejó tres legados: el compromiso del estado mexicano de ser siempre un agente ejemplar, el ejemplo personal de que toda labor educativa exige que se realice con pasión, y el considerar a la educación el principal reto del país”.
“Desde hace 100 años no ha habido una mejor política pública para lograr el ascenso social y económico en México que la educación; ningún programa de política social se iguala con la educación”, finalizó Javier Garciadiego.
Foto: Yamin Martinez