Por Irene Torres
Madrid, España
La Universidad Autónoma de Nuevo León inauguró la cuarta edición de la Cátedra Alfonso Reyes en Madrid en el Instituto Cultural de México en España; la bienvenida fue brindada por Jaime Vigna Gómez, subdirector del Instituto, quien destacó la continuidad de la Cátedra por parte de la UANL, tanto de forma virtual como presencial.
Por su parte, el doctor José Javier Villarreal, titular del despacho de la Secretaría de Extensión y Cultura, agradeció a las instituciones colaboradoras su apoyo y disposición:
“En nombre del rector de la universidad, el doctor en medicina, Santos Guzmán López, y como encargado del despacho de la Secretaría de Extensión y Cultura, agradezco la hospitalidad de la Embajada de México en España, recibida por el señor embajador, Quirino Ordaz Coppel; de Jaime Vigna, subdirector del Instituto Cultural; de la Facultad de Filosofía y Letras, coordinada por Ludivina Cantú Ortiz; así como al Fondo de Cultura Económica y a su responsable, Manuel Lazcano, la voluntad para sumarse y llevar a cabo esta Cátedra”.
Como parte del acto inaugural se presentó el libro Sólo puede sernos ajeno lo que ignoramos. Ensayo biográfico sobre Alfonso Reyes, del historiador, ensayista y director de la Capilla Alfonsina de la Ciudad de México, Javier Gaciadiego. La obra, editada por el Colegio Nacional y la UANL, contó con los comentarios de Víctor Barrera Enderle, Ludivina Cantú y José Javier Villarreal, quienes coincidieron en la importancia del libro para re conocer la vida y obra de “Regiomontano Universal”.
“Este libro es una obra imprescindible para conocer con mayor profundidad la vida de Alfonso Reyes, para comprender los contextos históricos de sus obras y las redes intelectuales que tejió; nos ofrece una imagen distinta de Reyes que el lector va descubriendo en la medida que avanza en la lectura. Descubrimos a un Reyes que es destronado, más humano, menos monumental, que experimenta el fracaso como cualquier hijo del vecino, la incertidumbre, la miseria, la angustia de no tener empleo. Y luego descubrimos a un Reyes que tiene el placer de ver su obra publicada”, compartió la maestra Ludivina Cantú.
José Javier Villarreal elogió la prosa del autor de la biografía a la par que recordó al joven que dio origen a ésta: un joven Reyes cuya tragedia lo marcó para siempre, pero que decidió apostarlo todo por la vocación literaria:
“Las páginas de este ensayo no son bocetos, son dibujos sumamente logrados donde la plasticidad de la prosa nos regala una simpatía y nobleza en la expresión. Javier Garciadiego nos presenta un personaje que, a cada página, se nos va revelando como un ser próximo que nos atañe y dibuja, nos describe en un tejido de tensiones que se deriva y surgen de las anécdotas presentadas”, detalló.
Lo público y lo privado de Reyes se exponen en las páginas del libro: el Reyes que rompió con la política de su familia, el exiliado, el diplomático, el “depredador”. Su autor incluso confesó que “esta biografía no le hubiera gustado a Reyes porque, entre otras cosas, lo hago, en cierto sentido, responsable indirecto de la muerte de su padre”.
Sin embargo, como mencionó el crítico literario de Reyes, Víctor Barrera Enderle, “Este ensayo biográfico se ha convertido en diálogo y resignificación del pasado. Nos presenta a un Alfonso Reyes cercano, de carne y hueso, dando fe del papel protagónico que desempeñó en la modernización, cultural y educativa, de nuestro país”.
Para Garciadiego, Sólo puede sernos ajeno lo que ignoramos tiene dos objetivos: acercar a Reyes a los jóvenes y que éstos descubran realmente quién fue.
“Si los jóvenes se enteran de esta vida dura, conflictiva, con dramas de todo tipo, se van a interesar más en Alfonso Reyes porque tiene una imagen repelente de viejito bonachón que no hacía nada más que leer y escribir, pero él realmente dio batallas importantes, como tratar de quitarle el nacionalismo cultural a la literatura mexicana de mediados del Siglo XX. Nos enseñó que veamos al mundo en su complejidad y dimensión, que no nos limitemos: México es mucho más que un país latinoamericano. Y demostró que la literatura es muy buena sin necesidad de insultar, de denostar al otro. Lo más importante es el diálogo, saber escuchar, responder con dureza pero con educación”, puntualizó el autor.