Por Daniela Martínez
Como parte de la oferta académica de la Escuela de Verano, la licenciada en Filosofía y maestra en Comunicación, Sara Pérez, imparte el taller Filosofía para Niños en la Sala Zertuche del Colegio Civil Centro Cultural Universitario hasta el 12 de julio. Este programa de cinco sesiones fue realizado en colaboración con la Dirección de Humanidades e Historia de la UANL mediante su Centro de Estudios Humanísticos y la Federación Mexicana de Filosofía para Niños.
El taller está basado en el programa de Filosofía para Niños con apego a la metodología propuesta por su autor, el filósofo, lógico e investigador sobre pedagogía estadounidense, Matthew Lipman. El movimiento filosófico busca que los estudiantes desde la primera infancia sean capaces de pensar por sí mismos de manera efectiva y afectiva.
Tomando como punto de partida que el programa de Lipman, creado en 1970, adopta el proceso filosófico como una forma de vida y no como una disciplina exclusivamente académica, Sara Pérez, quien cursó Diplomado en Filosofía para Niños en el Centro de Filosofía para Niños (Guadalajara, Jalisco), afirmó que “todas las personas podemos hacer filosofía porque es este acercamiento a preguntas universales, preguntas que no tienen caducidad, que estarán vigentes siempre y surgen de la reflexión; desde que somos niños tenemos la curiosidad de conocer el mundo”.
Sobre la importancia de acercar dicha metodología a los niños, Sara Pérez compartió que “se considera que la Filosofía para niños desarrolla habilidades del pensamiento, eso es fundamental y está planteado en propiciar un pensamiento crítico, creativo y cuidadoso, conjuntando todo eso el niño o niña conforme va creciendo podrá encontrar el sentido de vivir una vida coherente, que le beneficie, analizar su realidad y tomar mejores decisiones”.
Los padres de familia pueden establecer mejores lazos de confianza con sus hijos mediante el desarrollo del pensamiento filosófico en la crianza con acciones como compartir creencias y fomentar el diálogo: “Una forma en la que los padres pueden facilitar o apoyar a que cualquier niño pueda desarrollar el pensamiento filosófico es estar en disposición no solo de dar respuestas sino dar continuidad a ese diálogo”, apuntó.
Sara Pérez, quien actualmente estudia el doctorado en Ciencias Políticas y Sociales (UNAM), expresó que las universidades “tendrían que abrir espacios porque la filosofía no es una disciplina solamente académica, también es una experiencia de la que todos somos partícipes en ese sentido es algo práctico”. Además, puntualizó la responsabilidad social de las instituciones educativas “de propiciar estos espacios para niños que es muy importante y un espacio ideal para ellos donde se sienten reconocidos y pueden compartir lo que están pensando”.
Foto: Irene Torres