Por: Gustavo Mendoza y Daniela Martínez
Lo que hoy conocemos como la Época de Oro del cine mexicano es visto no sólo como la evolución de la industria cinematográfica, sino como el registro del cambio social que vivió México a mitad del siglo 20, explicó Sergio Huidobro en la conferencia magistral “La pantalla mitológica: el cine clásico mexicano como estudio cultural”.
Periodista y escritor, Sergio Huidobro impartió la conferencia magistral en el Patio Sur del Colegio Civil Centro Cultural Universitario, como parte de la oferta académica y cultural de la Escuela de Verano UANL 2024.
“A mitad del siglo 20 el país empieza a reformular su identidad, de pasar de un estado revolucionario a post revolucionario, con miras a construir un nuevo modelo de nación. Todo eso que estaba cambiando lo hizo al mismo tiempo que el cine mexicano, que ahora llamamos clásico, nació, germinó, creció, maduró y finalmente diría que no murió, sino que se convirtió en otra cosa hacia adelante”, explicó Sergio Huidobro en su conferencia.
Huidobro destacó los momentos sociales y políticos, en México y a nivel internacional, que detonaría la llamada Época de Oro del cine mexicano. Refirió cómo la pantalla del cine vio retratar a los héroes y villanos de la Revolución, donde también sirvió como referente en el proceso de alfabetización de la sociedad.
“El cine tomó un papel en la educación, en la cual la población mexicana podía ir a ver una película y aprender de historia, a aprender qué fue la Revolución mexicana, que la gente del campo viera cómo vivía la gente de la ciudad, y viceversa; cómo debería ser el papel de la mujer, sus roles y donde sí podía participar”, se comentó en la conferencia.
Como dato, Huidobro explicó que a mediados de los años 40 del siglo pasado México llegó a producir 124 películas al año, donde todas tenían estreno y proyección en las salas del país. Hoy en día se producen cerca de 200 películas, aunque no todas se estrenan en salas mexicanas.
José Javier Villarreal, secretario de Extensión y Cultura, destacó la relevancia de la Escuela de Verano de la UANL que ofrece un programa cultural a la comunidad universitaria como a la sociedad nuevoleonesa.
“Nos complace que esta charla se de en el marco de la Escuela de Verano, una institución universitaria que lleva los beneficios del conocimiento de manifestaciones culturales y artísticas, como al interior de la institución, como a la sociedad en general”, expresó José Javier Villarreal, secretario de Extensión y Cultura.
En entrevista para Cultura UANL, Sergio Huidobro, quien es licenciado en Comunicación y Maestro en Estudios Latinoamericanos, detalló que considera a la comprensión del cine, en su dimensión social, estética y narrativa, esencial para formar nuestra relación con el mundo.
Desde temprana edad, las personas se encuentran expuestas al cine y las películas que a su vez actúan como un conductor, reflejo, idealización, y proyección de nuestra realidad, la cual en palabras del también crítico de cine “hoy en día está más mediatizada que nunca”.
“Las relaciones que tejemos en torno al cine, los imaginarios que construye, la educación emocional, sentimental hasta política que recibimos del cine y de las imágenes están todo tiempo interactuando con aquello que consideramos la realidad”, expresó.
Las películas, al entrar en contacto con la audiencia, a través de un dispositivo o dentro de una sala de cine, se convierten por sus lenguajes sonoros, visuales y narrativos en “envases en los cuales depositamos en formas estéticas, artísticas, políticas, todo aquello que nos mueve, nos emociona, nos da miedo, aquello que pensamos del pasado y que proyectamos hacia el futuro”, describió Sergio Huidobro.
Al ser actualmente una sociedad que constantemente está frente a la pantalla; se ven películas en el cine, el celular, la televisión e incluso proyectadas en las paredes blancas de los hogares, el espectador se ha transformado en un participante activo, así lo definió Sergio Huidobro: “alguien que no se limita a ser un receptor pasivo de los mensajes que recibe de las pantallas sino que se atreve a dialogar con ellos, a cuestionarlos, a interactuar y ser cocreador de los contenidos que recibe de las películas. Alguien que participa del fenómeno cinematográfico, que tiene agencia, es como ser ciudadano”.
Según la visión del investigador de cine y escritor, las industrias cinematográficas no solamente tienen una dimensión técnica o económica sino que “son comunidades humanas, a través de las cuales las personas filtran y comunican sus historias para hacerlas llegar a otros seres humanos iguales a ellos, mientras eso siga siendo así el cine y la comunidad que forma va seguir presente”. Resaltó el largo camino recorrido de la industria y la producción de contenido fílmico, el cual está entretejido con nuestra formación y experiencia humana: “Es algo que lleva 130 años modificándose, evolucionando, cambiando, no existe por sí misma en un entorno aparte o diferenciando sino que está en relación con todas las áreas de la vida humana”.
Además, sobre la importancia de promover la sensibilidad y apreciación del cine a través de la Escuela de Verano, comentó que “abrir estos espacios es como abrir ventanas para que entre aire fresco a la conversación social que tenemos aquí en la ciudad y en las comunidades universitarias”.
Foto: Gustavo Mendoza