Por Daniela Martínez
Como parte de las actividades de la Escuela de Verano 2024, los poetas y traductores José Luis Rivas, Hernán Bravo Varela y Gabriel Bernal Granados participaron en la Mesa “T. S. Eliot por dentro y por fuera”, enmarcada por la Cátedra de Poesía Minerva Margarita Villarreal. El encuentro fue realizado en el Patio Sur del Colegio Civil Centro Cultural Universitario.
La Cátedra de Poesía Minerva Margarita Villarreal fomenta el conocimiento de la obra poética de la autora, promueve la lectura de la poesía y estimula la reflexión crítica. Es organizada por la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, en colaboración con la Secretaría de Extensión y Cultura de la UANL.
En su mensaje de bienvenida, el doctor José Javier Villarreal, secretario de Extensión y Cultura destacó la presencia de los integrantes de la mesa “quienes han traducido la obra de T. S. Eliot, poeta, dramaturgo, crítico literario y Premio Nobel de Literatura, que ahora representa una de las cumbres de la lírica occidental”.
Por su parte, el maestro Roberto Kaput González Santos, en representación de Francisco Javier Treviño Rodríguez, director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, señaló la otra mirada que ofrecen los participantes de la mesa desde su perspectiva como traductores del trabajo poético del escritor americano T. S. Eliot.
“Y hoy como recién somos capaces de concebir un Eliot así total, se antoja repasarlo con otros lectores, atentos a otras lecturas, que desde esa otra forma de la creación que es la traducción, de una las tensiones clásicas de la modernidad: la tensión verdad poética como ciencia crítica”, expresó.
Gabriel Bernal Granados, quien realizó la traducción al español del poema La tierra baldía, de T. S. Eliot, la cual aparece en el tomo XII de la colección El Oro de los Tigres, publicada por la Máxima Casa de Estudios, a través de su Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria UANL, detalló que “el traductor enfrenta problemas serios para trasladar esta realidad, estos murmullos, voces, violencia verbal a través de la cual se deslumbra una sociedad que se está desmoronando”.
En su intervención, el también editor compartió conocimiento acerca del icónico texto, La tierra baldía, publicado en 1922 cuando Eliot, el creador, tenía 34 años. Granados declaró que se trata de uno de los poemas más complejos que se escribieron a lo largo de la modernidad después de la Primera Guerra Mundial.
“La tierra baldía es un compendio de conocimiento, erudición, de esto vivo, activo, que podría comprender la historia de 2000 años de cultura y civilización en Occidente; en el mismo sentido que La Divina Comedia de Dante era el compendio de todo aquello que se habría acumulado en términos de conocimiento hasta principios del siglo XIV”, explicó.
Además, reveló que el poema “no tiene una sola línea que Eliot hubiera concebido originalmente, todo es traducción o pastiche o collage; Eliot está citando de una manera más o menos abierta, está rompiendo con la tradición y a la vez está dialogando con ella”.
El investigador y dramaturgo José Luis Rivas, quien obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1990 por su labor de traducción publicada en el libro Poesía completa de T. S. Eliot ofreció una lectura de La tierra baldía.
En sus comentarios, Rivas mostró su admiración por la originalidad del texto de Eliot y describió que el autor “ha conseguido, mediante una infinidad de alusiones, algunas citas casi textuales, crear una historia que, de algún modo, se fragmenta pero vuelve a reenlazarse de otra forma y es extraordinario“.
Asimismo, el ensayista Hernán Bravo Varela determinó que el poema La tierra baldía “da el carpetazo final a la época victoriana”, la cual tiene su término dado el fallecimiento de la Reina Victoria, de quien toma su nombre; y notablemente, del dramaturgo irlandés Oscar Wilde en el año 1900.
A partir de aquellos acontecimientos históricos, se abre, según Hernán Bravo Varela, una nueva posibilidad para el trabajo poético, ya que “el poema se coloca, a través de la creación literaria, como objeto de percusión, escrito a más de una mano”.
Bravo Varela calificó a La tierra baldía como “uno de los testimonios culturales más impresionantes del que tengamos noticia en el siglo XX”. Además a esto agregó que se considera a este texto como un “proyecto de colaboración, de despolitización de una lengua y una cultura“.
Foto: Yamin Martínez